EDITORIAL: El espíritu de la Navidad

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“¡Siente el sabor de la Navidad!” Con ese slogan, una empresa de bebidas gaseosas lanzó el año pasado su campaña publicitaria navideña. La idea que vendía la mencionada publicidad es; si tú consumes, saboreas el espíritu de la Navidad. Tengo algunas razones para pensar que el verdadero espíritu de la Navidad no está relacionado con el consumo, sino con el obsequio.

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P. Rodolfo Luna Umeres OP
Director de Radio Véritas (RTV)

En navidad recordamos que Dios ha venido a nosotros, haciéndose él mismo regalo. Lucas, el evangelista, nos habla de un niño envuelto en pañales y recostado en un pesebre que nos trae la salvación de Dios, y es nuestra alegría. Esa buena noticia nos habla del verdadero espíritu de la navidad.

Pero hay algo más. El niño Dios que nace en Belén también nos habla de la medida de lo que el hombre está llamado a ser. Cada persona que viene a este mundo y que habita este mundo no es el producto de una fatalidad, tampoco es un artefacto, algo que puede manipularse o construirse como pensaba Sloterdick, filósofo alemán que escribió un libro titulado “Parque humano”.

El hombre es alguien engendrado, dirá Habermas criticando la postura de Sloterdick. Y aquí radica el otro rasgo del verdadero espíritu de la Navidad. Porque el hombre es alguien engendrado, querido, soñado por Dios como proyecto, sólo puede llegar a ser él mismo, en la medida que vive obsequiándose, dándose a los demás.

La Navidad habla bien de Dios y habla bien de la humanidad. Estos días será importante que cada uno hagamos un alto en nuestro ritmo de vida, y que el verdadero espíritu de la Navidad nos ayude a ser dándonos, haciéndonos obsequio para los demás, tal como Dios, en el niño de Belén, se obsequia a la humanidad y nos llama la amistad con Él.