476 AÑOS DE LA PROVINCIA DOMINICANA DE SAN JUAN BAUTISTA DEL PERÚ

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La Sociedad Dominica de Medios de Comunicación (Sodomco) presenta el mensaje por los 476 años de la Provincia Dominicana de San Juan Bautista del Perú a cargo de Fr. Richard Manrique Díaz, socio del Provincial y Prior del Convento del Santísimo Rosario de Lima.

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Fr. Richard Manrique Díaz, O.P.

Estamos celebrando 476 de la creación de nuestra Provincia San Juan Bautista del Perú.

Es un momento para, una vez más, agradecer a nuestro Dios por tantas gracias, beneficios y maravillas que ha hecho en nuestra Provincia y que aun así sigue haciendo con cada uno de nosotros.

Es un momento también para agradecer al Señor por tanta presencia de tantos hermanos nuestros que han ido haciendo esta historia. Pero es un momento también para sentirnos motivados por cada uno de ellos para que nosotros sigamos construyendo esta Provincia. Pero no solo para hacerla como institución sino, sobre todo, para hacerla una mediación de la Gracia de Dios que sigue derramando en nosotros pero para hacerla llegar a los demás.

476 años no solamente es un número sino que también es una vocación. Es una llamada que Dios nos hace a todos para que sigamos dando una respuesta. Una respuesta de buena nueva, una respuesta de reconciliación, una respuesta de fraternidad. Por ello invito a todos mis hermanos a que sigamos construyendo esta provincia pero para seguir siendo lo que el Señor nos invita a vivir. Ser hermanos desde su gracia y bendición para poder seguir trasmitiendo esa buena nueva que el Señor nos invita a hacer llegar a todos. Una buena nueva de fraternidad, de justicia, de gracia y bendición.

Que el Dios de la bondad y la misericordia, nos bendiga a todos y nos ayude siempre a seguir dando esta respuesta y que pasemos unos bonitos días de gracia y bendición con esta fiesta de nuestra provincia. Y seguir también celebrando y dando gracias a Dios por estos 800 años que toda nuestra orden está celebrando y agradeciendo a Dios por esta bendición y esta maravilla de nuestra vocación, de nuestra llamada y de nuestra invitación a ser parte de este reino de Cristo Jesús.